CRÓNICA
La esperanza: Entre los votos electorales
Por: Oscar Gómez Miranda
Cédula. 4-143-395
El olor penetrante del café circulaba en todos los rincones de la residencia repleta de familiares y amigos que habían viajado desde la capital; se escuchaba el ruido de los animales y el canto del gallo, que significaba que pronto las tinieblas de la noche desaparecerían.
De cabellera negra y con unos ojos, similares a una cascabel, que solamente con mirarlos parecen dar instrucciones e inspiran respeto, Agustina, Inició la “fritanga” de hojaldres, previamente se había encendido la estufa nissato, con cuatro quemadores.
Poco a poco llegaban los comensales atraídos por el olor irresistible de las hojaldres, salchichas guisadas y no podía faltar la aromática tasa de café.
Hubo un ínterin, el viejo acueducto que abastece a los residentes del corregimiento “Las Tetillas”, en el distrito de Calobre, no funciona desde hace aproximadamente seis meses. El sol y el calor comenzaban a hacer mellas de todos, la única opción, bañarse en el río San Juan, a escasos 15 minutos en auto desde la casa.
A medida que avanzábamos por el camino de piedra, rumbo al río, acompañado de Agustina, aquella “trigueña”, encargada de la cocina y con ojos seductores, en el mitsubichi lancer, color verde, me traía recuerdos a mi memoria, mi infancia vivida en aquel pueblecito de Chiriquí, regimiento de Manchuila, con iguales problemas de calles y escasez de agua potable y muchos otros servicios básicos.
Por fin llegamos al río, con una extensión de unos 25 ó 30 metros de diámetro, con rasgos inequívocos que la noche anterior, producto de la lluvia, había aumentado su caudal.
Luego de varios minutos de empaparme en las frescas aguas, comenzó el regreso a la casa, había que terminar de hacer el desayuno.
Ya en la casa, Aníbal García, candidato a representante del corregimiento de Las Tetillas, en Calobre, se dirigía a las distintas comunidades a buscar a los votantes, para trasladarlos a la escuela del mismo nombre.
Comenzó el traslado de los platos, vasos, tanques para la escuela, había que estar allí.
El proceso de votación arrancaba con toda normalidad, carros con banderas del PRD y con afiches de los candidatos blandeaban por la brisa fresca de la mañana, del domingo 2 de junio.
No se preocupen, yo votaré por usted, eran algunas de las palabras de algunos votantes que se apersonaban al centro de votación.
No coincidía el conteo con los “que supuestamente le habían dado el voto. en cambio, el otro adversario, Pedro, era el que acaparaba los votos. Finalmente, se conoció la triste realidad, el candidato, Aníbal García, había perdido; su principal colaborador y precandidato a diputado por el circuito 9-3, “Sancocho” González, había corrido la misma suerte.
Me traicionaron, fueron algunas de las expresiones que expresaba Aníbal García, quien malhumorado y con rostro de pocos amigos, mostraba la impotencia. Igual aptitud tomaron sus familiares, hermanos, hermanas, esposa, hijos y familiares, que se sentían como si el cielo le hubiese caído encima.
Luego de conocer los resultados extraoficiales la comitiva se replegó a la residencia de Lavinia Rodríguez, madre de García, solo a la espera de un milagro, petición que no fue concedida.
Todo una logística el regreso, pasadas, las 9 de la noche, con el agotamiento reflejado en los rostros, paradas para descansar en el largo trayecto se hicieron hasta que felizmente llegaron a la ciudad capital, sin contratiempos, a primeras horas de la madrugada, solamente con el amargo pasaje sufrido.
El derrotado, ya con cabeza y mente fría, comienza analizar los errores cometidos, y a trabajar con más tiempo a su favor, para ver si logra el objetivo en el 2019.
No hay comentarios:
Publicar un comentario