domingo, 2 de junio de 2013

REFLEXIONES DE ORLANDO WORRELL SOBRE LAS INQUIETUDES DE RAMONET


En otros momentos hemos compartido con Orlando Worrell, sus opiniones provistas de  audacia intelectual y sed de conocimiento que lo ha llevado pese a su invidencia a navegar en esta maestría de periodismo digital con la brújula de esa  sed insaciable por el conocimiento y la superación académica.
Orlando ha hecho un aporte significativo a la presente maestría: el de un periodista activo al que su limitación física  no le impide la elaboración de opiniones y conceptos oportunos y muchas veces esclarecedores.
De aquí en adelante los conceptos son todos de Orlando.
La preocupación de Ignacio Ramonet es legítima, toda vez que  con el advenimiento de las redes sociales la información se pone al alcance de otros sectores sociales a los que se le da la potestad de convertirse no solo en receptores sino también en emisores de los hechos que circundan la realidad social.
Pero si bien es legítima dicha preocupación, también es infundada o mas aun pesimistas porque la sociedad no puede prescindir de una clase profesional capaz de buscar, organizar, jerarquizar y difundir la información  e incluso también organizar los canales de difusión de estas informaciones y de los contenidos de las mismas.
Lo que esta sucediendo es que el concepto se ha quedado estrecho a la función, explicamos esto de la siguiente manera, el periodista se concebía como un intermediario entre la sociedad y los medios de difusión, así fue durante más de 200 años en que los medios definían a través de sus periodistas que era noticia y que no era noticia.
Con el advenimiento de la revolución tecnológica, Ramonet razona que está en peligro el periodismo, pero no es así, lo que está en peligro es la forma tradicional de ejercer el periodismo y es que el periodista ya no es tal ahora más que nunca es un comunicador social o comunicólogo si se quiere un ser capaz de organizar todos los aspectos tanto, formales como funcionales y logísticos de esa actividad humana llamada comunicación social.
Y ello es así porque a diferencia de los usuarios de las redes sociales, el comunicador cuenta con una formación no solo académica sino cultural, técnica y científica que hoy mas que nunca debe validarse para ejercer profesionalmente su función comunicadora.
En otros aspectos, los medios tradicionales deben de replantear su forma de hacer periodismo democratizando los canales de información de modo que todo mundo tenga acceso a una información veraz ya que lo que diferencia a la información de otras formas de actividad humana es la veracidad y la credibilidad y es precisamente en el comunicador profesional donde la sociedad deposita esta credibilidad, la que no tienen las redes sociales por su debilidad a la penetración de datos falsos y sin emisores visibles. El periodista, salvo que actué anónimamente, siempre debe poner por delante su credibilidad para que su información sea tenida como veraz cosa que no ocurre con las redes sociales, por ello el peridista nunca va a desaparecer.


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