domingo, 9 de junio de 2013

Empleo por voto: Una triste realidad

Por: Elia Ortiz Arrocha

“A la tercera va la vencida” pensó Jacinto minutos  antes de que fuera entrevistado, por tercera vez, en lo que iba de ese largo y sudoroso día de búsqueda de trabajo.
Mientras esperaba (leyendo una vieja y manoseada revista que muchos antes que él habían visto) pensó en su esposa y sus dos hijos pequeños. El era el baluarte de su familia por lo que no podía quedar mal y reafirmó su compromiso que iba a encontrar trabajo a como diera lugar.
“Pase” oyó en sueños la voz melodiosamente estudiada de la secretaria que le decía que iba a ser recibido por el jefe de Recursos Humanos de la institución.
Jacinto puso su mejor sonrisa y carraspeó levemente la voz: “Muy buenas” dijo. Mi nombre es Jacinto vengo de parte del Licenciado José Pérez para la plaza de trabajo que anunciaron.
El hombre calvo, gordo, de baja estatura le dijo “Muy bien. Lo único que quiero saber es si está inscrito en el partido” agregó.
Esta es la historia de miles de panameños que laboran en la administración pública.
Según cifras publicadas en el Boletín  del Tribunal Electoral dos tercios de los inscritos en partidos políticos legalmente reconocidos son o han sido funcionarios de la burocracia estatal criolla.
Y es que la principal fuente de reclutamiento de la membresía de los partidos políticos se encuentra en las entidades del Estado.


“Espacios políticos” decían hace más de 30 años los viejos carcamales de la política. Hoy la frase ha sido desterrada pero la vieja costumbre permanece.
Juana es una mujer menudita, morena, de temperamento nervioso y andar rápido. Ella ya está a punto de jubilarse luego de treinta y tantos años de llevar papeles de un piso a otro, limpiar escritorios así como vaciar basureros.
“Yo, por conservar mi trabajo, he estado en todos los partidos habidos y por haber dice la mujer. Fui PRD, Arnulfista (hoy Panameñista) y estuve en el PALA así como en el “Venao” refiriéndose al extinto Partido Republicano”.
Panameños como Juana y Jacinto son parte de una cultura política que se basa en el “clientelismo”. En Ciencias Políticas se define esta figura como un “grupo cautivo de personas que, a cambio de privilegios y canonjías, aceptan ser parte de una organización política”.
Según el politólogo Rubén Barahona al panameño “le falta cultura política y el Estado se ha convertido en el más grande empleador en función del voto. Es por ello que los electores piensan no en propuestas sino en beneficios inmediatos y el voto se convierte en un problema de índole moral”.
Jacinto es Licenciado en Trabajo Social. A sus 35 años solo ejerció su profesión en una empresa privada por un breve lapso de tiempo. El salario que devengaba era poco y las exigencias muchas. El se inscribió en el partido oficial del gobierno anterior por recomendación de un compadre que le aseguró que eso le garantizaría un nombramiento inmediato.
Al final de todo “Esperanza Inútil” como dice la canción de Daniel Santos.

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