lunes, 10 de junio de 2013

LOS GRITOS DEL SILENCIO: EL DRAMA OCULTO DEL FEMICIDIO


Por: Aneldo Arosemena

De nada sirvió la boleta de “protección” contra su marido que le dieron en la corregiduria. Él la mató.

Una certera puñalada acabó  con su vida,  el hombre,  luego de arrancarle la existencia a su mujer frente a los hijos,  se entregó voluntariamente a la Policía Nacional, sólo acertó a decir “No sé que me paso me volví como loco”.

El saldo imborrable de la “La locura”, de este hombre, de nombre 
cualquiera, porque los casos se repiten sin cesar: dos niños huérfanos de madre, que padecerán de heridas y traumas psicológicos quizás para toda la vida, un padre encarcelado, una familia arrasada por el dolor de la pérdida.
Femicidio
El femicidio, podría decirse que es  una palabra  de “moda”, de esas que de cuando en cuando aparecen en los medios de comunicación,  si no encerrara un significado tan trágico, se define como la muerte violenta de una mujer por el sólo hecho de ser mujer, más estrictamente, el homicidio por razón de género femenino. El término acuñado originalmente en Inglaterra por Diana Rusell en su libro “Femicide. The politics of woman killing “, fue castellanizado por la socióloga mexicana Marcela Lagarde, para referirse a los asesinatos de mujeres en Ciudad Juárez, México, hecho ampliamente documentado en la prensa mundial.

En Panamá, Toribia Venado, una abogada de origen gnobe, que actualmente es Subdirectora del Instituto Nacional de la Mujer, (INAMU) reveló que en 2012 se cometieron 47 casos de femicidio y en lo que va del año 2013 se han  contabilizado 46, según cifras que maneja el Observatorio Contra la Violencia de Género de la Defensoría del Pueblo.
Sensacionalismo
La prensa comercial ha hecho de las muertes violenta de mujeres a manos de su conyugue una especie de género de “novelas del corazón” sangrientas en la que se abre la nota con aquello de que “La mato el hombre que una vez le juro amor”.

Mas allá del episodio policivo que salta a las pantallas o a las primeras planas de los tabloides, la violencia intrafamiliar es una sorda y silenciosa realidad cuyo desenlace mas dramático es la muerte de la mujer, pero que conlleva  una serie de episodios en los que se ejerce violencia física, sexual y patrimonial, física o psicológica,  lesiones que muchas veces no son reportadas a los hospitales porque la víctima no busca asistencia médica ni legal.
Perfil Psicológico
Estudios psicológicos revelan que  estas mujeres, tienen baja auto estima y buscan hombres abusadores, cuyo perfil también es de baja autoestima y ven en el autoritarismo una forma de afirmación de su personalidad. En esta actitud reside su poder sobre ellas.

Psicológicamente es una relación de codependencia en que tanto abusada como abusador desarrollan lazos que se tejen en medio del temor, el silencio y la impunidad, hasta cuando se da el hecho que hace crisis: la muerte de la mujer.
Silencio y miedo
Para Gloria Young, Presidenta del Centro de Apoyo a la Mujer Maltratada, (CAMM), una organización que fundó en 1995,  con sede en el populoso distrito de San Miguelito, donde ocurren muchos de estos casos, el maltrato a la mujer es frecuentemente,  un crimen silencioso, donde se da la impunidad de los transgresores porque la víctima, por temor no denuncia el delito.

“Lo que vemos en los periódicos y las televisoras, es el resultado final de años de maltrato o la explosión  súbita de ira contenida”, afirma esta mujer que fue diputada por dos periodos consecutivos y presidio la Comisión de la Mujer de la Asamblea  Legislativa y que fue una de 

las primeras ideólogas del llamado feminismo radical en Panamá.
Las cifras de femicidios  van al alza y una opinión pública insensible, mas apasionada por los deportes de multitudes como el fútbol, le da la espalda a las mujeres maltratadas, humilladas, escarnecidas por sus compañeros sentimentales que por deformaciones culturales ancestrales, alcoholismo, consumo de drogas, masculinidad mal entendida se creen sus dueños.

El fenómeno se da en todas las clases sociales, baste recordar el caso de un conocido abogado cuyo maltrato a su esposa le costó el puesto al cargo de Defensor del Pueblo al que había sido elegido por los diputados, cuando un rival despechado hizo pública la denuncia que existía en la corregiduría de Bella Vista contra el flamante Defensor, lo que le obligo a renunciar aun antes de tomar posesión del cargo.
Sin Protección
La ley tampoco está de parte de las mujeres maltratadas. A nivel de las corregidurias del país sólo les dan una “boleta de protección” que no las protege de nada, ya que muchas mujeres asesinadas tenían estas boletas.

Cuando los casos de violencia domestica  están en fiscalía, es común que el fiscal a cargo de la investigación decrete “orden de alejamiento” contra el denunciado o “desalojo del presunto agresor del domicilio conyugal”, medidas que son letra muerta, papeles sin valor que no protegen en nada a la  aterrorizada víctima del delito.
Penas
“Hay que endurecer las penas contra este delito”, sostiene el abogado Víctor Campos, quien reconoce que no es un experto en el tema pero que por formación jurídica elemental entiende que las medidas cautelares contra el investigado carecen de eficacia al no haber una autoridad de policía especializada que dé respuestas rápidas a las mujeres en peligro.

Actualmente reposa en La Asamblea, en la Comisión de la Mujer, aun anteproyecto de ley para modificar el código penal y endurecer las penas en  este delito, pero Marilyn Vallarino, la diputada oficialista que la preside, más conocida por su cabello teñido de rojo y sus habilidades con el boxeo –y la lengua- no ha podido lograr que se le de discusión.

Mientras tanto, las mujeres callan y siguen muriendo.





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